ENTORNO Y BIODIVERSIDAD
Todos los vinos que elaboramos tienen un nexo común, su carácter puramente mediterráneo, pero con dos variables añadidas que modifican y afinan las uvas que cada año obtenemos: la altitud de nuestro viñedo, que va de los 750 hasta los 840 metros, uno de los más altos de toda la comunidad, y la cercanía con la sierra Moreno. La fauna y flora presente en Chozas Carrascal también ejercen su influencia, atrayendo a los depredadores naturales que nos ayudan a minimizar los trabajos en viña. Es así como los insectos y plantas del entorno trabajan con nosotros en el cuidado de las viñas haciendo que éstas gocen de cierta autonomía.
EL PARAJE
Es uno de los más fríos de la comarca por su altura y por su cercanía a la sierra Juan Navarro, de donde provienen los vientos dominantes del Norte. Al ser una finca en planicie ligeramente inclinada, no hay grandes barreras que impidan la entrada tan directa de esta influencia de vientos fríos del Norte. Los límites del paraje son al norte, este y oeste lomas de mayor altura, en forma de mesetas alargadas, no unidas entre ellas. Al sur, el límite es la Vereda Real y el inicio de la meseta central de Requena.
CULTIVO MEDITERRÁNEO
Tan importante como nuestras viñas y suelos es la biodiversidad existente en nuestra finca que inevitablemente está marcada por el carácter mediterráneo del clima. Desde las carrascas que crecen en la finca y sus alrededores, pasando por las hierbas aromáticas como el tomillo o la lavanda o las plantas con ciclo floral que atraen a los insectos. Todos ellos son tan importantes para nosotros como la propia viña pues su influencia se deja notar directamente en nuestros vinos
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