La familia llegó a esta finca en 1990.

A lo largo de dos años estudiaron los suelos y el entorno para comprender cuál sería la mejor forma de implantar sus viñas.

Así es como en 1992 ejecutan un complejo plan de cultivo y empiezan a incorporar las variedades que hoy cultivan, sobre los diferentes suelos de la finca.

Tras diez años de intenso trabajo en el viñedo empezaron a construir la bodega, para lo cual se pensó cada detalle para que permitiese trabajar de una forma ágil, evitando los procesos que por infraestructura pudieran dañar al vino.

Desde la primera vinificación en 2003 han ido adaptando la forma de elaboración conforme íban encontrando el significado de cada una de las parcelas.

Así es como, poco a poco, han ido incorporando las herramientas que permiten que el vino sea una fiel representación del viñedo y de nuestro clima, modificando la enología si el caso lo requería.

Hoy más que antes dejan que el vino siga su curso adaptándose a sus necesidades.

En el arte de observar está la virtud de aprender y mejorar y así es cómo trabajan cada vino.